Con apenas 16 años reunió los 150 dólares que había ahorrado trabajando en una gasolinera de Elmira (Nueva York), su ciudad natal. Compró 20 pares de jeans, los customizó y los vendió a sus compañeros de clase. Todos experimentaron lo mismo que él: sentirse como una estrella del rock and roll. Thomas Jacob Hilfiger (70 años), el segundo de los nueve hijos de una familia irlandesa, era un muchacho disléxico y sensible que a menudo reñía con su padre. Abandonó los estudios de secundaria para emprender su negocio y, milagrosamente, a los 22 años se hizo rico. No duró mucho. A los dos años y medio su empresa entró en quiebra y se arruinó. Tommy sabía que un hippy creativo y emprendedor como él tendría que luchar para alcanzar el sueño americano. Y luchó. Recién cumplidos los 30, creaba su firma y conseguía el primer millón de dólares. El distintivo: una bandera con raíces náuticas: el Código Internacional de Señales que corresponden a las letras T, J y H del alfabeto marino, sus iniciales. Siempre quiso ser un Jimi Hendrix, David Bowie o un Rolling Stones de la moda; precisamente, ellos fueron quienes lo empujaron a reinventar el sportwear y glorificar esa cultura hecha de partidos de béisbol o fútbol americano, de los moteles fotografiados por Dennis Hopper y del mestizaje afrolatino de Harlem.
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— bitloofan Sat Sep 24 13:24:40 +0000 2011