La ropa está en contacto directo con virus, bacterias, hongos y gérmenes que tendremos que desinfectar si no queremos tener complicaciones. Existen productos específicos para ello, eliminando todos los microorganismos dañinos al lavar nuestra ropa.
Pese a que actualmente no hay información concreta sobre si los virus permanecen más tiempo en la ropa que en cualquier otra superficie, es importante tener en cuenta que puede llegar a permanecer entre 2 y 3 días, como en cualquier otro sitio.
Los virus, como el de la COVID-19, son fácilmente eliminables con lejía y otros productos de limpieza. Por eso, es recomendable utilizar programas largos y de agua caliente en los lavados y lavar aparte la ropa de las personas que presenten alguna complicación gripal o procesos infecciosos.
Sin embargo, no todo el mundo puede permitirse la posibilidad de lavar su ropa a través de un servicio de lavandería. Estos son cinco consejos básicos y fáciles de aplicar sobre cómo lavar y desinfectar la ropa en casa, en la medida de lo posible.
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1. Suficiente agua
Utilizar suficiente agua en cada lavado y evitar los lavados con cargas muy grandes, ya que es importante que la ropa tenga espacio para agitarse correctamente.
2. Más detergente
Utilizar más detergente del habitual en cada lavado, usando detergente líquido granular o de alta resistencia, ya que retiene mejor la suciedad en suspensión y por tanto elimina mejor cualquier resto.
3. Lejía en el lavado
En el caso de que la ropa esté contaminada con aguas residuales, productos químicos u otros materiales tóxicos, utilizar un producto especial desinfectante en el lavado, como la lejía (con una taza en el ciclo de lavado es suficiente). El cloro es una de las formas más populares de este desinfectante.
4. Altas temperaturas
Si hay alguien enfermo en casa, además de la lejía, es importante lavar la ropa a altas temperaturas (o hervirla al menos a 60 ºC, para que el virus no pueda sobrevivir.
5. Secadora
El secado a alta temperatura también ayudará a desinfectar la ropa, siempre y cuando esté limpia después del lavado. Otra opción, si no se tiene este electrodoméstico, es presionar con una plancha caliente, siendo especialmente útil para algunas prendas de algodón y ropa de cama.
La ropa del bebé
Debido a que los niños tienden a tener la piel sensible (y usted no sabe quién ha manipulado la ropa y con qué antes de llegar a su poder), por lo general, lavar toda la ropa del niño antes de su uso es una buena idea. Coloque artículos pequeños, como medias, en una bolsa de malla para el lavado y secado, y recuerde sujetar las tiras de velcro (como las de los baberos), para evitar que se enganchen con el resto de la ropa.
Lave la ropa de los niños en forma separada, utilizando detergentes que dejen menores residuos; invierta en uno sin perfumes si su bebé desarrolla algún signo de irritación en la piel. Quite las manchas de fluidos y alimentos tan pronto como pueda, con una toallita húmeda o remojando en agua y detergente.
Lo que no se debe lavar en casa
El lavado y desinfección de las batas y los uniformes de los profesionales sanitarios debe ser un elemento prioritario. Los expertos desaconsejan que este proceso se lleve a cabo en casa, junto a la ropa de diario. Se recomienda un lavado a un mínimo de 70 ºC, aunque, por ejemplo, el Royal College of Nursing del Reino Unido establece que sea limpiado a 60 ºC. Esas normas se exigen y se deben cumplir en los servicios de lavandería hospitalarios, ya sean propios o externalizados.
