"¿Están los locos años 20 a la vuelta de la esquina?" se preguntaba la publicación especializada en moda WWD hace unos meses al identificar algunas señas de esta estética sobre la pasarela. Las series y películas ambientadas en esa década han contribuido a mitificar aquel periodo histórico, inmediato a la Primera Guerra Mundial, cuando parte de la sociedad quiso dejar atrás el horror bélico y disfrutar de la vida mientras se pudiera. En el imaginario colectivo esta estética hedonista se representa con tendencias en clave festiva: flappers ataviadas con vestidos centelleantes, mujeres con el pelo corto decorado con diademas joya y sofisticadas boas de plumas que, junto con el humo de los cigarrillos, ocultan los rostros de las invitadas a las fiestas. Sin embargo, como explica el historiador del arte especializado en moda e indumentaria Carlos Sánchez de Medina, el vestuario de aquella década también tenía su dosis de sobriedad. "Los arquetipos que vemos en las diferentes versiones cinematográficas nos muestran esa parte más festiva y loca que se vivió en algunas grandes ciudades como Nueva York o París. Todo esa desmesura de plumas, flecos y lentejuelas, se asocia a los clubs de baile, las fiestas en mansiones y un sentimiento de desenfreno y diversión. Existen otras muchas tendencias más sencillas y austeras, especialmente en países como Inglaterra, Italia o España donde la nobleza o la religión tenían un importante peso todavía".
Un siglo después, y en un contexto pandémico que todavía no ha quedado atrás, los guiños a la estética años 20 no parecen una casualidad. No hay certezas de cómo se desarrollará lo que parece el final de la crisis del coronavirus pero la sensación de fátiga es transversal. El catedrático de sociología y medicina de la Universidad de Yale, Nicholas A. Christakis, auguró en el libro Apollo's Arrow, publicado el pasado año, que hacia 2024 podríamos vivir unos nuevos locos años 20 en lo que, según su opinión, será una vuelta al "libertinaje sexual, el gasto desmesurado y un reverso de la religiosidad". El mundo actual se presenta radicalmente diferente respecto al planeta de hace un siglo, pero al menos en el ámbito de la moda, volver la vista décadas atrás siempre ha sido un ejercicio habitual y, en estos tiempos de auge del comercio vintage, además de lo más lucrativo.
Como explica Sánchez de Medina, "los años 20 del pasado siglo se caracterizan por la libertad. Estrellas del cine, nuevos ricos, mafiosos… los nuevos gustos ya no los impone la nobleza y se produce la transformación más importante en la historia de la moda. Comienza a mostrarse el cuerpo femenino (piernas, brazos, espalda…), las formas se desdibujan en beneficio de la comodidad". Esa comodidad queda patente en los vestidos holgados, rematados con flecos o plumas y mucho más confortables que otras siluetas popularizadas en décadas posteriores, como el encorsetado New Look. En el siglo pasado, el ilustrador de la revista Life Russell Patterson contribuyó a promover a través de sus ahora icónicos dibujos esa estética flapper. Las adaptaciones cinematográficas de la novela publicada por F. Scott Fitzgerald en 1925, El Gran Gatsby, reflejan igualmente ese vestuario de aspecto inalcanzable. En la versión dirigida por Baz Luhrmann en 2013, la responsable de los estilismos de Carey Mulligan se alzó con el premio Oscar en la categoría de Mejor Diseño de Vestuario. Estos vestidos relajados se repiten en la colección PreFall 2022 de Chanel. Entre ellos, un modelo negro y largo de tejido combinado, líneas holgadas y corte a la altura de la cadera. La prenda se combina con unos guantes largos, otro accesorio recurrente de aquellos años.
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En las propuestas ideadas por María Grazia Chiuri para la nueva temporada de Dior, los minivestidos cuajados de flecos brillantes también guardan cierto parecido con las creaciones que parecían cobrar vida propia cuando las flappers de los clubs parisinos las agitaban al son del charlestón. Pero el que es quizá el elemento más llamativo de aquellos años está presente en la colección primavera/verano 2022 de Paco Rabbane, en la que Julien Dossena propone un casquete joya revisionado en su versión más extrema, con estampado de estrellas y flecos que cubren buena parte del rostro. En Zara, prueba irrefutbale de la llegada de una tendencia al mainstream, tampoco faltan los casquetes de inspiración años 20, apuestan por uno con apliques metalizados y otro con abalorios de efecto perla.
Para saber si se tratan de pinceladas discretas o de potenciales hits de estilo no hay otra opción más que esperar. El historiador especializado en moda se muestra escéptico acerca del regreso real de este estilo: "Los 20 son tendencia periódicamente. En 2012 hubo muchas colecciones con esta inspiración. Gucci, Carolina Herrera, Marc Jacobs, Etro… muchas marcas apostaron por el Art Decó y el estilo “flapper” (coincidiendo además con la última versión de “El gran Gatsby”). Que ahora aparezcan de nuevo algunos detalles que nos recuerden a esta época es normal pero considero que no va a alargarse demasiado en el tiempo. La comodidad y la sencillez van a ser prioritarias en los próximos años, esto sí conecta con los 20 del siglo pasado… pero por el contrario configurar una moda más responsable y menos contaminante va a ser cada vez más necesario y esto es totalmente opuesto a los locos años 20”.
¿Un interés creciente?
El buscador de moda Lyst arroja cierta información acerca del interés creciente por esta estética. Tal y como apuntan desde la plataforma, en 2021 sí han detectado un aumento de "prendas de plumas y tocados-joya, sobre todo por el regreso de la ropa para salir después de las restricciones durante la pandemia y una visión más hedonista y lúdica de la moda". Y añaden: "Las búsquedas para tocados joya (head jewellery) aumentaron un 68% en diciembre, con marcas como ASOS, Area, Gucci y Akira, como las más populares. Los tops de plumas, por otra parte, aumentaron en búsquedas un 14% en ese mismo mes. Attico y Sleeper son dos de las marcas más buscadas en Lyst para la tendencia de plumas". Sobre la alfombra roja, los ejemplos recientes con guiños a la estética años 20 son escasos pero llamativos. La actriz Dakota Johnson deslumbró el pasado septiembre en el Festival de Cine de Venecia con un espectacular vestido joya con incrustaciones de cristales en forma de pera, una creación firmado por Gucci y definida por la prensa especializada como un homenaje a los locos años 20. De momento, quedan 12 meses por delante para saber si esta tendencia prometedora se consolida.