Chaquetas, pantalones, camisas, cinturones... Si tu armario es de aquellos que está a rebosar de prendas, has de saber que, según los expertos, sólo usamos el 20% de la ropa que tenemos. Todo lo demás es simple adorno (o bulto)
¿Aún guardas ese pantalón estrecho por si adelgazas? ¿Todavía sigue ahí aquella camisa de tu juventud cargada de recuerdos? ¿O resulta que tienes medio armario lleno de ropa escogida, ni más ni menos que, por tu ex?
¡Que no te venza la pereza! Piensa en lo bien que te sentirás una vez des el paso de hacer limpieza y poner orden en el armario. Además, ahora que está llegando el calor ya no tienes excusa, ponte ¡manos a la obra! y dedica unas horas a hacer un buen cambio de armario. Cuando termines no sólo verás ese rincón de tu casa más liviano, ordenado y con un nuevo estilismo, sino que tú también estarás mejor. Son muchos los beneficios de tener un armario organizado y práctico.
Con estos cinco pasos te resultará más fácil. ¿Te animas? Yo ya lo hecho. En la desescalada del confinamiento, es un buen momento.
1. Saca la ropa por familias y conserva lo que te hace feliz
“Antes de guardar la ropa de invierno y poner la de primavera y verano, hay que deshacerse de la que no usemos y organizar el armario con cabeza y filosofía minimalista”, recomienda Mar Frigola, asesora de imagen personal y corporativa.
Primero saca pantalones, después vestidos, camisas... Hazlo “por familias”. Desentierra toda la ropa (no sólo la que tienes en el armario sino en todos los sitios de la casa donde la tengas guardada). Así verás exactamente las piezas que tienes y el espacio del que dispones para guardarlas.
Empieza por desechar aquello que más te incomoda. Te será más fácil ver si entre tanta ropa hay alguna con la que te quedas sin dilaciones. Para descartar prendas con criterio, pregúntate: ¿Esto me lo tengo que quedar? ¿Es de mi talla? ¿Está bien conservada? ¿Me trae buenos recuerdos? Si no reúne estas características, esa pieza hay que descartarla. ¡Fuera! Sé objetivo y no te entretengas con subterfugios.
Haz dos pilas: en una, pon la ropa que quieres guardar y, en la otra, la que descartas por todos estos motivos. De acuerdo, puedes quedarte con una prenda de las que tendrías que desechar, pero sólo una o dos. ¡No te quedes 15!
“Guardamos ropa por si engordamos, por si adelgazamos... Estas piezas son las que nos generan frustración porque ocupan espacio y al fin y al cabo no nos las ponemos nunca”, detalla Frigola, impulsora del método CERI (conservar, eliminar, renovar e incorporar).
“Guardamos ropa por si engordamos, por si adelgazamos... Estas piezas nos generan frustración porque ocupan espacio en el armario y no nos las ponemos”
Mar FrigolaAsesora de imagen personal y corporativa
2. Elimina sin rodeos
Me la quedo, no me la quedo; me la quedo, no me la quedo... Si estás encallado en esta elección, piensa: ¿Esta ropa me trae buenos recuerdos? Si la respuesta es un sí, entonces adelante. Quédate sólo con aquella que te haga feliz. Y además que sea buena, de calidad, prendas que realmente utilices y te favorezcan.
Si durante un año, o incluso más, no has usado esa pieza, deshazte de ella. Y si a pesar de todo aún dudas, déjala a un lado y a la mañana siguiente vuelve a pensar qué hacer con ella.
Quizá no recuerdas si aquella indumentaria te la pusiste esta temporada o ya hace dos... Una buena manera de saberlo, según Frigola, responsable de la firma Sal de Mar, es poner las perchas con el gancho mirando al revés y, si nos la ponemos, lo giramos. Al final de la temporada sabremos realmente si hemos llevado o no esa pieza y más adelante nos ayudará a decidirnos. Eso sí, después de esa temporada, la vestimenta que no uses tiene que abandonar el armario.
Vale la pena quedarse solo con las prendas que realmente utilices y te favorezcan
Desprenderse del pasado, nos hace estar más tranquilos. Aporta serenidad y ayuda a centrarse en el presente. Y otra cosa: un armario con ropa adecuada no frustra. “Que te digas que no tienes nada para ponerte y vas contando las piezas que hay en el armario: 83, 84... Es realmente frustrante. Entonces ¿porqué guardamos todo esto?, se pregunta Frigola, que también es co-directora del máster de imagen personal y corporativa de la escuela superior Àrtidi de Barcelona.
Explica que hay gente que conserva indumentaria con la etiqueta de rebajas aún colgando. La compraron el año pasado y aún no han encontrado el momento de ponértela. Ya llegará el día, creen. Y así van llenando el armario. Tienen una lista muy larga de cosas que algún día se pondrán... Y en el día a día, en cambio, no saben qué ponerse.
Silvia Castelló, directora ejecutiva de la escuela de diseño, patronaje y confección Qstura, subraya que debemos quedarnos sólo con la ropa que nos da positivismo y fuerza. “Depende de cómo vamos vestidos nos sentimos mejor y con más fuerza y magia. Hay que aprovechar esta virtud que tiene la ropa”, señala. “El armario ha de reflejar cómo es una persona”, añade Castelló. Ella, por ejemplo, siempre viste de color lila y no sólo para el público. “Es el color de la feminidad, tanto para hombres como mujeres, el de la creatividad, la transformación...”, detalla.
Así que debes tener claro cuál es el color que te favorece realmente y cuál no. “Que no sea que tengas medio armario de aquel color que no te sienta bien...”, ironiza Frigola.
Y en esta fase del cambio de guardarropa, aprovecha para limpiar a fondo el armario y todos sus cajones, una tarea imprescindible.
Puedes usar plataformas para vender la ropa y recuperar el dinero, o donarla
Para deshacerte de la vestimenta que no quieras, puedes usar plataformas para venderla y así recuperas el dinero que puedes aprovechar para comprar ropa nueva o renovarla. Algunas plataformas son Vinted, Poshmark o Wallapop. Además, hay páginas web. También la puedes dar a conocidos, o venderla en tiendas de segunda mano. Otra buena opción es llevarlas al contenedor de ropa o donarla a alguna organización que ayude a personas con dificultades económicas. En definitiva, existen fórmulas para contribuir a la economía circular.
3. Renueva o customiza prendas
Mientras haces la selección de prendas también es momento de ver si una pieza que te funciona se ha dañado, ha quedado pequeña o ha pasado de moda, y entonces hay que reemplazarla. Además, hemos de tener en cuenta que la ropa que nos quedemos nos ha de ajustar tanto en talla como largura. “En la tienda no se contemplan los patrones de todo el mundo, así que si no te ajusta bien, es mejor arreglarla para acabar de adaptarla a tu medida. Si tiene las mangas demasiado largas, por ejemplo, no te la pondrás”, insiste Mar Frigola.
También puedes customizarte la vestimenta. Saber coser te facilitará más las cosas porque tu misma podrás darle un nuevo uso a la prenda; pero no te agobies, siempre puedes llevarla a alguien que le haga por ti.
Silvia Castelló, que también es la presidenta de la asociación de empresarios que promueve el sector textil en Girona, Agimod, indica que “saber coser un mínimo, te permite dar mil vueltas a tu armario”. Ella ha transformado el suyo muchísimas veces. “Aquella pieza de embarazada la acorté, en otra ocasión de una camisa hice otra cosa con esa tela, y sobre todo en niños es importante saber hacer arreglos”, detalla.
“Saber coser un mínimo, te permite dar mil vueltas a tu armario”
Sílvia CastellóDirectora ejecutiva de la escuela de diseño, patronaje y confección Qstura
Precisamente, el pasado 1 de mayo se inició una campaña con el lema “Sé coser” y el hashtag #sécoser para reivindicar la costura entre los jóvenes como una oportunidad de trabajo, creativo y de futuro. “El objetivo es que la gente aprenda a coser o bien que aquellos que ya saben hacerlo no se sientan discriminados. El coser es para todos, no hay etiquetas, ni nacionalidades ni edades”, detalla Castelló.
“En ocasiones cambiando sólo los botones, ya cambia la prenda. O quitando las mangas aquella pieza vuelve a estar de actualidad y es una pieza nueva para ti”, comenta Frigola.
Al ir sacando la ropa del armario, puedes aprovechar para ir mirándola detenidamente por si tienen algún desperfecto: que los abrigos para guardar no tengan botones que cuelguen, o un bordedescosido, una mancha... Si las prendas se guardan con manchas, puede que después nunca salgan. En definitiva, pequeñas técnicas que facilitan el cambio de ropa temporada tras temporada.
4. Cuida los básicos
Con esta puesta a punto del armario verás realmente lo que te falta. Anota qué piezas clave tendrías que incorporar. Un top básico que has tirado porque estaba muy desgastado... entonces necesitas uno igual. Lo retiramos, pero lo substituiremos.
La prioridad a la hora de hacer el cambio de guardarropa es tener un buen fondo de armario. Es decir, prendas que sean útiles todo el año y que no importa la temporada en que estemos porque el momento de su uso es indefinido. En definitiva, conseguir lo que se llama esenciales: piezas básicas a partir de las cuales crearás todo el resto.
Según la asesora de imagen personal y corporativa, Mar Frigola, “se trata de piezas de mucha calidad porque hay que poder darles una vida de al menos cinco o seis años. También podría tratarse de ese vestido que te queda perfecto porque tiene el largo adecuado, o aquella prenda con la que te puedes presentar a las nueve de la mañana a una reunión y a las cuatro a un compromiso diferente tan sólo cambiando el complemento, y por la noche, te vas a cenar y también va bien. Son estas piezas las que harán que ese guardarropa funcione”. Con ese fondo de armario y unas pocas piezas de temporada, ya conseguirás un armario de tendencia.
5. Ordena con gracia
Llegados aquí,con la selección ya hecha, hay que dividir la ropa para organizarla bien dentro del guardarropa.Separa las camisetas de manga corta, las de manga larga, los pantalones de vestir de los informales o los vestidos cortos de los largos. “Más divisiones significa más fácil de guardar, de hallar y de mantener en orden el armario”, comenta esta especialista en imagen, Mar Frigola.
Si las prendas están bien colgadas y bien dobladas, será más fácil encontrarlas y su estado será óptimo por más tiempo. Combinarlas también será más sencillo. Y si se ordena por colores, aún más. De claro a oscuro. Que evoque equilibrio y orden. Que sea visualmente agradable, fácil y práctico.
La experta Alicia Iglesias, organizadora profesional y coach de organización, fundadora de Orden y limpieza en casa y editora del blog con el mismo nombre, considera que hay que definir muy bien los espacios para que no haya mezclas, y en el armario sólo debe estar lo que usamos en el momento actual.
Y en temas de orden la célebre Maria Kondo considera que es mejor doblar la ropa que colgarla porque de esta forma podremos localizarla de un vistazo en el cajón. Para ella, la clave es guardar la ropa en vertical y no horizontal, haciendo varios pliegues para que consiga consistencia y que se sostenga de forma vertical. Así cuando abramos el cajón lo tendremos siempre todo a la vista. Puedes crear secciones definidas en las que irá cada cosa.
¿Y la ropa de otras temporadas?
El almacenaje es el primer problema que surge cuando empezamos a ordenar
Por otra parte, el almacenaje es el primer problema que surge cuando empezamos a ordenar. De hecho, para la gurú mundial del orden, la palabra almacenamiento esconde una trampa. Al almacenar creamos la ilusión de un cierto orden, pero lo que en realidad hacemos es ocultar cosas que en realidad no necesitamos. En un tiempo, según Kondo, vuelve todo a llenarse y el caos vuelve a reinar. Esta consultora del orden lo llama efecto rebote. Por eso, para ella, la organización empieza como hemos empezado nosotros: por la eliminación.
Un consejo de almacenaje es que guardes la ropa fuera de temporada en bolsas de tela transpirables y si puede ser que tengan una ventana transparente que nos permita ver que hay dentro. El objetivo es que si hay que coger alguna cosa de la temporada pasada porque nos vamos de viaje a un país frío, no tengamos que abrirlo todo.
Idea práctica: guardar las prendas en bolsas de tela transpirables y con una ventana transparente para ver qué hay
La indumentaria permanece intacta bastantes meses y se adapta a la forma con la que se almacena. Algunos expertos aconsejan colocar las prendas lo más estiradas posible, evitar dobleces. Y proponen no doblarlas en rollitos ya que provocan muchas arrugas.
Para aquellos que piensan que hacer el cambio de armario es perder el tiempo... Todo lo contrario. “Si tienes un armario ordenado y limpio y todo lo que hay en él te queda bien y es adecuado y además está bien conservado, te ayudará mucho en la vida diaria”, aconseja Frigola.
Además, si almacenamos bien las prendas y también las organizamos bien, será más fácil tener éxito la próxima temporada cuando vuelva a tocar otro cambio de armario. Cada seis meses aproximadamente, a no ser que tengas un armario muy grande que te quepa la ropa de todas las temporadas.
Las perchas
Si todas son iguales, la capacidad del armario se aprovecha mejor
¿Y las perchas? Parece un tema menor pero no lo es. Las de madera no deforman la vestimenta. A veces se ve gente con chaquetas de punto con las puntas marcadas en los hombros. Evita eso! “Si todas las perchas son iguales, la capacidad de tu armario se aprovecha mejor y queda más estético. Para las camisas, escógelas ni muy grandes ni muy finitas. Las americanas, chaquetas y abrigos necesitan un poco más de anchura”, comenta Mar Frigola.
Otra recomendación es colocar una sola prenda por percha. No solo ayuda a que sea más fácil localizar la ropa que buscas, sino que se estropeará menos con el tiempo y ayudará a que la ropa planchada no se arrugue en el armario.
Según los especialistas, las camisas, vestidos y chaquetas siempre deben ir colgadas y, solo si te queda espacio, cuelga también los pantalones, que podrían ir de dos en dos siempre que se vean bien. Palabra de Alicia iglesias, conocida –además de por el blog Orden y limpieza en casa– por ser la creadora del reto 21 Días para tener tu casa en orden.
Otro de sus consejos es: Deja que la ropa respire. Cuando cuelgues prendas a la barra que no estén muy apretadas. Lo ideal es que dejes uno o dos dedos de separación entre percha y percha. Tu ropa se conservará mejor y será más fácil de coger.
¿Y la lencería?
En cuanto a la lencería y las medias, lo recomendable es guardar las piezas en bolsitas de tela o de lino, organizarlas por colores e identificarlas. También son útiles los separadores para insertar dentro de los cajones, geniales para tener los pañuelos y los fulares bien ordenados.
Una cosa ha de quedar clara, el objetivo del cambio de armario es que no sea literalmente un cambio de armario: mover toda la ropa de un lado para otro... Sino que se convierta en una tarea entretenida de análisis y limpieza y que el resultado sea un armario práctico que te solucione tu día a día. ¿Ahora sí te animas?