ROSA GIL/ ÁLVARO FERNÁNDEZ-ESPINA
Christian Dior lanzó 22 colecciones de moda entre 1947 y 1957, y en todas ellas el sombrero fue el complemento estrella. Sus sucesores al frente de la maison siguieron aquella regla de oro: Yves Saint Laurent los diseñaba a juego con las siluetas de alta costura, Marc Boham los distinguía con toques florales y Maria Grazia Chiuri, con plumas; Gianfranco Ferré los prefería majestuosos y de ala amplia y John Galliano, extravagantes, como era él.
Portada 'Dior hats'. /d.r.
El magnífico volumen Dior hats (Rizzoli, a la venta en septiembre) recopila las creaciones más brillantes de la casa Dior a lo largo de 70 años y destaca el papel que han jugado como creadores de tendencias.
No nos extraña: Christian Dior escribió que el tocado es “la mejor manera de expresar la personalidad”, y la literatura y el cine corroboran su fuerza descriptiva. ¿Podemos concebir a una Audrey Hepburn en My fair lady sin su espectacular tocado para las carreras, a una Faye Dunaway sin su boina en Bonnie and Clyde o a un Indiana Jones sin su ajado sombrero?
Faye Dunaway en un fotograma de Bonnie y Clyde (1967). /d.r.
Tal vez por eso, estos complementos vuelven con fuerza cada vez que los creemos olvidados y las pasarelas y las colecciones nos recuerdan que no hay estilismo completo sin su correspondiente tocado.
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