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Moda Femenina

RECICLADO CONTRA EL FAST FASHION

Por hollisterclothingoutlet 30/03/2022 832 Puntos de vista

La industria del fast fashion impacta de forma negativa el equilibrio ecológico del planeta y distorsiona nuestra relación con la moda, por lo que resulta imprescindible comenzar a seleccionar de manera consciente lo que usamos.

“Esta industria emplea un modelo lineal de comprar, usar y desechar prendas, que destruye al planeta de forma social y ambiental. No obstante, como se ofrece a precios extremadamente bajos tiene mucha demanda. El comprador no investiga o se tapa los ojos, puesto que prefiere tener más por menos y no se da cuenta de que al final del día esa ropa barata nos sale cara a todos como humanidad. Por otra parte, las grandes empresas están en una posición de poder o de comodidad al pensar que no necesitan cambiar este modelo”, explica Charlie Travers, cofundador y CEO de BECAUSE Ropa con Voz.

De acuerdo con el estudio A New Textiles Economy, de la Fundación Ellen MacArthur, entre 2000 y 2015 la producción mundial de este segmento de la moda se multiplicó: a inicios del milenio se fabricaban 50 mil millones de prendas y 15 años después la cantidad aumentó a 100 mil millones, una tendencia que se mantiene al alza desde entonces.

En 2010 esta industria cobró mayor relevancia debido al deseo de las nuevas generaciones por estar a la moda, fomentado por el marketing y diversas campañas publicitarias, por lo que diversas marcas globales idearon el término fast fashion, una estrategia empresarial para fabricar en masa, a menor costo y con mayores ganancias.

Bajo este modelo lineal la industria de la moda produce decenas de colecciones de ropa al año, en contraste con el modelo anterior (primavera/verano y otoño/invierno).

En este sentido el reporte indica que 73% de la ropa producida anualmente termina incinerada o en basureros, lo que contribuye a la contaminación terrestre y atmosférica.

Conciencia

RECICLADO CONTRA EL FAST FASHION

En este contexto surge BECAUSE Ropa con Voz, una marca de ropa mexicana y sostenible que actúa como medio para dar voz y visibilidad a causas sociales y ambientales de ONGs seleccionadas, donde el consumidor final elige cómo ayudar a través de diseños originales con una iniciativa de comunicación y movimiento de cambio que recae en cuatro ejes principales: acceso a comida, reciclaje, aprovechamiento del agua y empoderamiento de personas vulnerables.

La ropa elaborada por esta empresa es un medio de expresión que cuenta historias, da sentido a la moda e invita a las personas a reflejar sus valores y a sumarse a causas tanto sociales como ambientales “que necesitan héroes como tú”, indica Charlie Travers.

El nombre BECAUSE proviene de la unión y juego de las palabras inglesas be (“ser”), para señalar que se busca “ser un movimiento de héroes de lo cotidiano”, y cause (“causa”), porque “se alza la voz para apoyar causas importantes”.

El sello particular de la marca es que simplifica la manera como las personas se involucran ante problemáticas que requieren de acciones contundentes y en comunidad.

Su misión, explica Travers, es impulsar pequeñas acciones que puedan generar grandes cambios, creando una comunidad de héroes de lo cotidiano que creen en un futuro mejor y actúan para conseguirlo.

Agrega: “Aunque la industria de la ropa es una fuente primordial de empleo y contribuye de manera considerable con el PIB de las economías emergentes, la realidad es que los salarios y las condiciones laborales para quienes trabajan en el fast fashion suelen ser negativas”.

Puntualiza que para cumplir con los plazos que esta industria ha impuesto, la producción se realiza en países que tienen condiciones laborales precarias, “generalmente en el sur de Asia. Entre los principales productores de ropa en la actualidad se encuentran China, la Unión Europea, Bangladés, Vietnam, India, Turquía, Indonesia y Estados Unidos”.

Además, el fast fashion es responsable de 20% de las aguas residuales que se producen cada año en el mundo. “Para teñir o estampar la ropa se utilizan sustancias químicas que terminan en las aguas. Estos agentes contaminantes son tóxicos y si un animal los ingiere accidentalmente toda la cadena alimenticia se ve afectada”, indica el CEO de la marca.

Señala que las pésimas condiciones de trabajo, incluido un salario paupérrimo, representan un problema ético y un claro ejemplo de explotación, así como un delito contra los derechos humanos, entre los que se encuentran también la explotación laboral infantil y el trabajo forzado.

“Por eso vemos esta ropa tan barata, porque tienen en condiciones deplorables a las personas que hacen estas prendas. No hay distinciones, pueden ser hombres, mujeres, niños, ancianos… Todos ellos en condiciones insalubres y deplorables. También hay en ello una implicación social. En este contexto ofrecemos prendas de buena calidad, que en verdad duran, pueden tener un ciclo de vida completo, ser asequibles, pero además con una retribución equitativa para quienes las producen”, dice.

Asequible y durable

De acuerdo con la Fundación Ellen MacArthur, para competir con la industria del fast fashion se necesita implementar un modelo circular de producción con base en cuatro ejes fundamentales: primero, dejar de usar sustancias peligrosas en la producción y reducir los materiales que despidan microfibras; segundo, aumentar la durabilidad de la ropa para reducir la sustitución acelerada de las prendas; tercera, mejorar de forma radical el reciclaje, algo que puede lograrse desde el diseño de modas o el incentivo de uso de materiales tanto reciclables como reciclados; finalmente, volver más efectivo el uso de los recursos y transitar hacia energías o materiales renovables en la producción de ropa.

En este contexto, las piezas elaboradas por BECAUSE ofrecen diseños elaborados en colaboración con ONGs mexicanas.

“Son prendas de alta calidad, cómodas, durables y transpirables, con un estilo propio y auténtico, que se suman a la tendencia de moda sostenible y responsable con base en tres pilares fundamentales: sostenibilidad, es decir, usa telas 100% recicladas (50% PET reciclado y 50% algodón reciclado, así como menos de 1% de agua que la ropa tradicional en su producción); también incluimos un pago justo a las personas involucradas en el proceso de producción, declarándonos a favor de la no explotación”, indica Travers.

Finalmente la producción está hecha en México y la ropa está ligada al impacto socio-ambiental que puede generar.

Parte de las ganancias que genera la venta de estos productos se destina a organizaciones seleccionadas. De esta forma, cada vez que las personas adquieren una prenda ayudan a dar visibilidad, brindar atención y sumar acciones a cada causa.

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