«Los fabricantes venden a sabiendas comida para bebés contaminada a padres desprevenidos, a pesar de que los resultados de las pruebas internas de la empresa muestran altos niveles de metales pesados tóxicos y sin ninguna etiqueta de advertencia». Así de contundente se ha mostrado el Congreso de EE UU tras una exhaustiva investigación sobre fabricantes de comida para bebés, en las que se incluye la empresa china Gerber, propiedad de Nestlé.
Nestlé ha rechazado las acusaciones del Congreso de Estados Unidos. Según ha respondido a preguntas de MERCA2, «los alimentos Gerber se someten a una rigurosa supervisión a todos los niveles del proceso de cultivo y producción». «Cumplen con las regulaciones locales e internacionales», ha asegurado. «Los estándares de seguridad y calidad de estos alimentos para bebés son líderes en la industria y se encuentran entre los más estrictos del mundo«, ha indicado.
El informe del Congreso de EE UU apunta directamente a Gerber por usar ingredientes contaminados con metales pesados en la elaboración de comida para niños. «Los mejores alimentos para bebés están contaminados con niveles peligrosos de arsénico inorgánico, plomo, cadmio y mercurio«, afirma el estudio.
DAÑOS GRAVES E IRREVERSIBLES
El dossier de 59 páginas nombra hasta en 46 ocasiones a la filial de la empresa suiza con sede en China, y que distribuye sus productos principalmente por EE UU. En el mismo, se advierte de los graves efectos neurotóxicos que provoca la ingesta de estos metales pesados, especialmente en los niños debido a su temprano desarrollo. «Incluso los niveles bajos de exposición pueden causar daños graves y, a menudo, irreversibles en el desarrollo del cerebro», señala la Cámara de Representantes en sus conclusiones.
En este sentido, el informe destaca que «los fabricantes ignoran habitualmente los estándares internos y continúan vendiendo productos con niveles más altos de metales pesados». E indica que «la práctica más extendida es ocultar los niveles más elevados de metales tóxicos en los alimentos para bebés».
METALES TÓXICOS EN HARINAS Y ZANAHORIAS
En cuanto a las empresas, el informe del Congreso apunta a Gerber, nombrada en 46 ocasiones por no dar a conocer los resultados sobre la presencia de arsénico inorgánico en todos los ingredientes utilizados. Sin embargo, el análisis, realizado en lotes fechados entre 2017 y 2019, arroja niveles elevados en la harina utilizada para elaborar sus productos, con 0,09 partes por millón (ppm) en el caso del arsénico inorgánico. Además, Gerber utilizó al menos cinco lotes de harina de arroz con niveles de 0,098 ppm de este metal pesado, mientras otros los niveles detectados en otros lotes superaban los 0,09. Niveles muy próximos al máximo permitido en el agua potable en EE UU, de 0,1 ppm.
Los niveles de plomo registrados en Gerber eran muy elevados, de 0.048 ppm en algunos lotes. De media, el plomo utilizado en sus productos era de 20 ppm. El 65% de las zanahorias contenía un exceso de 0,05 ppm en cadmio respecto a los niveles autorizados, y en algunos casos se han detectado hasta 87 ppm. En el informe se detalla que «rara vez se medían los niveles de mercurio» en los productos de la empresa controlada por Nestlé.
AUSENCIA PRUEBAS INTERNAS PARA CONTROLAR EL NIVEL DE TÓXICOS
Según las pruebas realizadas, las batatas y zumos contenían niveles de plomo «peligrosos», con tasas de 0,048 ppm, y lotes de 0,02 ppm, superior al permitido.
Junto a la filial de Nestlé se han analizado los productos para bebés de otras tres sociedades, Nurture, Beech-Nut y Hain. «Las cuatro empresas vendieron productos o utilizaron ingredientes con cantidades significativas de plomo», destaca el informe, niveles que se podrían detectar con un simple test rutinario.
Para los investigadores del Congreso, Hain, Beech-Nut y Gerber no testaron sus productos terminados, tan sólo sus ingredientes. «Todas las empresas, ya sea que prueben sus productos finales o simplemente sus ingredientes, vendían alimentos para bebés incluso cuando éstos o sus ingredientes contenían niveles de plomo» peligrosos.
El dossier apunta que las cuatro sociedades cooperaron durante la investigación «a pesar de que al hacerlo se puso de manifiesto su imprudente desprecio por la salud de los bebés».
TASAS SUPERIORES A LOS PERMITIDAS
Nurture (HappyBABY), por su parte, puso en venta productos terminados para el consumo dirigidos a bebés con hasta 0,641 ppm de plomo, seis veces más que los límites internos tolerados. En otros cinco productos se comprobaron hasta 50 ppm de este metal pesado; y en otros 16, 0,02 ppm. Niveles superiores a los «estándares más indulgentes». En el 18,9% del total de productos, los niveles superaron los 0,01 ppm, el máximo permitido para este metal según los expertos en salud de Consumer Reports, el Fondo de Defensa Ambiental y la Academia Estadounidense de Pediatría.
Los niveles detectados en Beech-Nut llegaban a ser de 0,8869 ppm en plomo. Al menos 483 ingredientes utilizados contenían más de 0,05 ppm de este metal pesado, mientras que otros 89 triplicaban esta dosis y otros 57 la cuadriplicaron.
En Hain, los niveles se situaron en 0,352 ppm en los ingredientes utilizados para comida destinada a niños y bebés. En 88 materias primas, los test arrojaron tasas de 0,02 ppm, y en seis de ellas, de 0,2.
SIN COLABORACIÓN CON LOS GRANDES VENDEDORES
Los grandes supermercados que venden sus propios productos para bebé, como Walmart, Sprout Organic Foods y Campbell, han rechazado colaborar con esta investigación, según el informe. Ninguno de ellos dio a conocer resultados de sus pruebas internas o dar a conocer sus propios controles internos para este tipo de productos.
Sprout, además, evitó responder a la las repetidas preguntas del Congreso, generando preocupación por un intento de «ocultar la presencia de niveles tóxicos de metales pesados en sus productos alimenticios para bebés que los productos de sus competidores».