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Cómo celebrar la Navidad con una persona con Alzheimer

Por hollisterclothingoutlet 05/02/2023 441 Puntos de vista

Reuniones familiares

La Fundación Pasqual Maragall da una serie de consejos para que el enfermo y su entorno sigan disfrutando de estas fiestas

La silla vacía: cómo sobrellevar el duelo durante las fiestas de Navidad

Mayte Rius

Las fiestas de Navidad acostumbran a ser días de reunión y celebración en compañía de la familia y amigos. Son fechas que vinculamos a alegría y disfrute, pero en ocasiones también comportan momentos difíciles y dolorosos debido a la ausencia o enfermedad de una persona querida. Ese puede ser el caso de las personas afectadas de Alzheimer y sus familiares, quienes en estos días a menudo se entristecen rememorando cómo era la navidad antes de que apareciera la enfermedad o no se atreven a continuar con las tradiciones y celebraciones familiares por miedo a cómo reaccionará el enfermo.

Cómo celebrar la Navidad con una persona con Alzheimer

No obstante, los expertos de la Fundación Pasqual Maragall –centrada en la prevención del Alzheimer y en la mejora de la calidad de vida de las personas afectadas por esta enfermedad y sus cuidadores– aseguran que es importante para los enfermos y para su entorno vivir el presente y disfrutar de las fiestas navideñas con positivismo y alegría, y que es posible hacerlo si se toman algunas cautelas o se hacen algunas adaptaciones a la hora de las celebraciones.

“Es importante que tanto la persona que cuida al enfermo como el resto de la familia puedan seguir disfrutando de estas fiestas adaptándose a la nueva situación y al estado de la persona enferma, con naturalidad”, ajustando las expectativas pero sin renunciar a hacerle partícipe y a continuar con las celebraciones y las tradiciones familiares, afirma Sandra Poudevida, psicóloga clínica de la Fundación.

Por ello ofrece una serie de consejos que pueden ayudar a continuar celebrando las fiestas navideñas y a mantener las reuniones de familiares y amigos sin que ello desconcierte en exceso al enfermo ni angustie y desborde al cuidador. Y también advierte que si el estado de salud o las circunstancias aconsejan no celebrar las fiestas con el familiar enfermo (quizá por su bienestar es mejor no moverle de donde vive o de la residencia donde está ingresado), es importante no cargar con sentimientos de culpabilidad y no renunciar a reunirse ni a disfrutar. “Una vez tomada la decisión, a ser posible por consenso familiar, hay que pensar que es la mejor aunque no sea la ideal, y seguir disfrutando, aprovechando los inputs de alegría, con positividad”, enfatiza la psicóloga.

Y para quienes sí están todavía en disposición de compartir juntos las celebraciones estas son sus recomendaciones:

1. Poner en antecedentes a todos

Poudevida remarca que es muy importante informar a la familia y amigos de cuál es el estado actual del enfermo y anticiparles las situaciones que se pueden producir y que pueden resultar desagradables o poco “sociales” para que, llegado el caso, actúen con naturalidad y nadie (en especial el cuidador) se sienta avergonzado por ello.

“Los enfermos de Alzheimer pierden las formas y el protocolo, y pueden secarse con el mantel, coger comida con la mano o mojarla en el cava... Si todos están al tanto de que eso puede ocurrir, que esos comportamientos son fruto de la enfermedad y no le dan más importancia, los cuidadores no se sentirán responsables del comportamiento del enfermo y podrán estar más tranquilos”, relajarse y disfrutar también de la fiesta, detalla la psicóloga. Y apunta que en caso de un comportamiento inapropiado en la mesa, lo mejor es intentar distraer al enfermo y guiar su atención hacia otra cosa.

2. Guiarse por el criterio del cuidador

La especialista de la Fundación Pasqual Maragall anima a las familias a mantener las tradiciones y celebraciones que tenían antes de que apareciera la enfermedad adaptándolas o simplificándolas en función del estado del afectado. “Si durante las fiestas un día se comía en casa de un hijo y al día siguiente en casa de otro, puede seguir haciéndose; pero si resulta que uno vive en un pueblo y el otro en otra ciudad distante, igual hay que simplificar y celebrar todas las fiestas en un único sitio; se trata de valorar con qué se va a disfrutar y con qué se va a cansar”, ejemplifica Poudevida.

Y a la hora de sopesar cómo afectarán los traslados o las actividades previstas a la persona con Alzheimer, la voz cantante ha de llevarla el cuidador o persona con quien convive, que es quien más conoce su estado y sabe hasta qué punto puede afectarle salirse de la rutina, si se desorienta fácilmente , o se pone ansioso o agresivo cuando no domina el ambiente. “Quienes no conviven a veces son más atrevidos porque no son tan conscientes de qué implica un cambio de hábitos”, advierte la psicóloga.

“Cada caso es un mundo, pero los enfermos son vulnerables y hay que sopesar la decisión de sacarle de su entorno (su casa, o la residencia) o no”, justifica. Y subraya que, si el afectado está en una residencia y su estado aconseja no moverle de allí, lo ideal es que los familiares vayan pasando por allí a celebrar la Navidad con él. “Un día pueden ir los hijos, otro los nietos...”, dice.

3. Limitar la exposición a los niños

Los especialistas en Alzheimer aseguran que es bueno implicar a los niños en la celebración familiar y propiciar que se relacionen con el enfermo con normalidad porque son fuente de alegría para las personas mayores. Eso sí, teniendo en cuenta que la vitalidad infantil no es la del enfermo, de modo que conviene controlar que los niños no hagan excesivo ruido, que no estén alrededor corriendo... Porque pueden ponerlos nerviosos o, simplemente, agotarlos. Se trata de recordar que los nietos son fuente de alegría pero también de cansancio.

4. Propiciar un ambiente relajado y hablarle de uno en uno

Poudevida explica que las personas con Alzheimer se pierden en las conversaciones de grupo o cuando habla todo el mundo a la vez: “Si hay más de dos personas hablando no entienden, se aíslan, no participan y no interactúan con nadie, o bien se ponen muy nerviosos”. Por eso aconseja que los familiares y amigos se dirijan al enfermo de uno en uno y de forma muy tranquila, o que haya una persona pendiente de él, que le hable de tú a tú y que le haga de mediador en las conversaciones con otros.

5. Habilitar un espacio de descanso

Para evitar situaciones de mucho estrés, ya sea por los niños, porque hay mucho bullicio en la mesa, o porque la persona con Alzheimer se canse o eche de menos su rutina, Poudevida recomienda tener previsto un espacio donde el enfermo se pueda retirar a descansar o a estar solo.

6. Organizar una sobremesa apropiada

Entre las cuestiones relevantes a prever si vamos a celebrar las fiestas con una persona con Alzheimer figura también la sobremesa. Si lo habitual en la familia es quedarse todos charlando, de tertulia, debería acordarse que, pasado un ratito, alguien se retire con el enfermo a otra habitación a ver una película o realizar alguna actividad más tranquila. “En una mesa con 15 personas hablando y riendo, se agobian”, advierte la especialista.

7. Hacerle partícipe de juegos y reminiscencias

Una actividad adecuada para disfrutar en familia con un enfermo de Alzheimer puede ser un juego de mesa sencillo como la oca o el dominó, aunque dependerá de lo avanzada o no que esté la enfermedad. “Hay que buscar juegos tranquilos y avisar a los demás para que no hablen todos a la vez, pero es una actividad fantástica porque genera vínculos y permite interactuar en muchas fases de la enfermedad”, detalla Poudevida.

Otra posibilidad es aprovechar que la reunión de familiares para recordar anécdotas e historias familiares. “Se puede aprovechar un álbum de fotos para ayudarle a localizar a ciertas personas, y explicarle y compartir reminiscencias de situaciones vividas, describiéndoselas como si fuera un cuento, pero sin preguntar constantemente “te acuerdas”, porque la persona no se acordará y se frustrará; y si vemos que no conecta con esta actividad, mejor dejarlo”, sugiere la psicóloga.

8. Poner villancicos y películas tradicionales

La música puede ayudar mucho a disfrutar de las celebraciones navideñas con un familiar con Alzheimer. “La música influye en el estado de ánimo o último que pierden estas personas es la memoria remota, así que puede ocurrir que personas que no conectan o que no nos reconozcan nos sorprendan en cambio cantando si escuchan villancicos de cuando eran pequeños o les ponemos una película antigua como Siete novias para siete hermanos u otra que visionaran mucho”, explica la experta de la Fundación Pasqual Maragall.

9. Decorar la casa y preparar platos típicos

Como la memoria remota es lo último que pierden, es importante apoyarse en las tradiciones familiares clásicas para conectar con la persona enferma. Por ello los especialistas subrayan que, incluso si no vienen familiares o amigos a casa, es recomendable poner decoración navideña y pedir al enfermo que ayude y participe al montar el belén y el árbol.

Y también poner la mesa de forma especial para los días señalados, preparar platos típicos navideños con las recetas familiares, comprar turrones y brindar con cava... como es típico en estas fiestas.

10. Incluirle en los regalos

La recomendación de los especialistas de la Fundación Pasqual Maragall de tratar al enfermo con naturalidad también vale a la hora de hacerle partícipe de los regalos. Poudevida asegura que el hecho de que una persona padezca Alzheimer no quiere decir que no se le puedan seguir regalando experiencias, como entradas para ir al teatro, a la ópera, a una exposición... “Es importante no caer en el aislamiento, tanto para el enfermo como para el familiar que le cuida, y en función de su estado puede seguir haciendo y disfrutando de muchas actividades”.

Otros regalos muy valorados en las primeras fases de la enfermedad pueden ser objetos personalizados, como un llavero con los nombres de los familiares más próximos, un cuadro o un cojín con fotos... También son oportunos los obsequios relacionados con la música o las películas que le gustaban y escuchaba en otras etapas de su vida. Y ropa o complementos seleccionados pensando en su comodidad.

10. Liberar al cuidador

Quienes vayan a celebrar la navidad con un afectado por el Alzheimer también deberían preocuparse y esforzarse porque el cuidador habitual del enfermo pueda relajarse y también disfrute de las fiestas. Para ello es necesario organizarse y que otros familiares o amigos estén pendientes del enfermo y se encarguen en lo posible de todos los preparativos de las celebraciones, de modo que el cuidador quede liberado en la medida de lo posible de responsabilidades.

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