Por Nuria Luis
Para la memoria millenial, el estilo preppy es aquel camino por el que nos indujo Blair Waldorf hacia la experimentación estilística: de repente, las diademas con lazada se convertían en un accesorio imprescindible, junto a los blazers de colores potentes, los oxford abotinados, las capas y las medias en tonos tan imposibles. Al comienzo de la etapa universitaria (o en los albores) abogar por esa inspiración colegial parecía una decisión con mucho sentido. Pero ahora recordar esas decisionesde guardarropa consiguen sonrojarnos, por mucha nostalgia que nos produzca Gossip Girl.
Es lo que tuvo la conceptualización que hizo la serie de la estética college: crear una imagen que, aunque variaba de un personaje a otro (el preppy de Serena no era el mismo que el de Blair o ni mucho menos, el de Jenny) supo tomar una personalidad propia a partir de las tendencias de la primera década de los 2000. El reboot de HBO max da buena cuenta de hasta qué punto ha cambiado la idea que tenemos de lo “preppy”. En 2021, las pocas imágenes que hemos podido ver ya del nuevo Gossip Girl vaticinan un referente que también se adapta a los nuevos tiempos que corren. Frente a los leggings de colores o las medias blancas de Blair, el uniforme de Constance ahora se lleva con zapatillas blancas, o con botas altas y tacón de chupete.
El sentido que le dio Waldorf partía de la traducción más purista del armario preppy (que, por cierto, este estilo hace referencia a las prep schools en las que estudiaban los niños de bien de las familias privilegiadas en Estados Unidos). Toca repasar un poco de historia: Smith, Radcliffe, Bryn Mawr, Barnard, Mount Holyoke, Wellesley y Vassar fueron las universidades femeninas norteamericanas, integradas en lo que se conoce como las Seven Sisters, a las que se les atribuye la invención de esta forma de vestir. Las faldas hasta la rodilla, los blazers estampados y los collares de perlas (como los que se ven en La sonrisa de Mona Lisa) eran un imprescindible entre sus alumnas, hijas de las élites.
Sin embargo, no todo fueron faldas, y en este punto entroncan con el reboot de Gossip Girl. Trece años más tarde, esta nueva versión se está considerando mucho menos "lady" que el vestidor preppy de Blair. Una de las fotos de Tavi Gevinson daba buena cuenta de un vestuario college más ¿andrógino? con chalecos y sobre todo, pantalones de traje sastre. Aunque era raro ver a Blair en 2007 con pantalones, no podemos hablar en 2021 de un“preppy actualizado” si tenemos en cuenta su origen. Un repaso a imágenes de archivo sirve para darse cuenta de que el estilo de las Seven Sisters y otras alumnas también incluía bermudas combinadas con calcetines altos y mocasines o saddle shoe (el eterno zapato bicolor adolescente de los años 50).
Uno de los aspectos más interesantes del preppy que veremos en el Gossip Girl de la generación Z es que quizá hace hincapié en el carácter más avezado de las Seven Sisters. En un entorno conservador, ellas se atrevieron hasta con los vaqueros. En los años 40 eran capaces de provocar un escándalo, como la foto que publicó la revista Life en octubre de 1944 de dos alumnas de Wellesley en jeans y camisas masculinas. No tardaron en llegar las críticas que tildaban a las estudiantes de “poco femeninas” y de ir “poco a la moda”. Tratando de dar respuesta a por qué las alumnas vestían de esa manera, un reportaje del New York Times de 1944 lo atribuyó “al deseo de comodidad, a la ausencia de hombres, la guerra” y un “desvergonzado deseo de ser diferente y dar un bofetón a las convenciones”. Una portavoz del instituto Smith también achacó la adopción de los vaqueros como una reacción contra los estrictos códigos de vestimenta en este tipo de escuelas.
En 2021, el preppy sigue apostando en términos seriéfilos por recurrir al pasado, pero con una mirada renovada: menos lazo y falda, más pantalón y chaleco. Bajo el concepto “Old Money”, también se ha hecho un hueco en TikTok con una estética retro que toma como referencia desde Blair Waldorf al vestuario de El increíble talento de Mr. Ripley, pasando por las ilustraciones de J.C Leyendecker (aunque ya hay usuarios como @deadhollywood que han denunciado la poca inclusividad de estas inspiraciones, destacables por la nula representación de otras personas que no sean blancas). Sobre la pasarela, las firmas han escrito sus propios códigos sobre la manera de entender esta temporada una de las tendencias (e inspiraciones) clave del otoño. Aquí desgranamos cada una de ellas.
Abogar por la nostalgia (con un punto de descontextualización)
Es una de las fórmulas perfectas del manido escapismo: defender el pasado como la mejor fuente de inspiración, también para vestir. En el caso de (Emily) Bode, la primera colección de la firma tras el confinamiento transporta hasta la época universitaria familiar, instalada en una réplica del dormitorio de la residencia de su tío Bill en la Universidad de Vermont, allá por 1969. Boss, por su parte, apuesta por los códigos más clásicos del estilo preppy traducidos en chaquetas de punto con letras y también chaquetas varsity (por cierto, una de las prendas absolutas de la temporada). Todo regresa, pero con una vuelta de tuerca: Bode apuesta por looks masculinos en los que las flores tienen plena cabida a través de camisas y los bajos de los pantalones. El pantalón de inspiración deportiva es otra manera de descontextualizar la estética college: ya sea en tonos grises o en paletas de colores tierra, esta prenda introduce una pincelada athleisure en este estilo tradicional “pijo” y añade también zapatillas combinadas con blazers, como prometen hacer los nuevos protagonistas de Gossip Girl.
La ironía ubicua de Moschino es la receta perfecta de Jeremy Scott para llevar el preppy a su terreno: las prendas de punto propias de este estilo se tiñen de colores relativamente inusuales, como el rosa, el amarillo y el azul, en una combinación electrizante que no distingue género. El oso que acompaña al logo es otra manera de darle un giro a este uniforme tan particular. No faltan ni los saddle shoes. Pero eso sí, alejados del blanco y negro: ahora son amarillos y azules, para no pasar desapercibidos.
Apostar por el oversize
Las siluetas oversize son una de las mejores fórmulas para adentrarse en una versión actualizada de la inspiración colegial. Y la chaqueta de béisbol parece el primer paso más sencillo: si Boss opta por modelos oscuros que se llevan por encima de camisas fluidas y faldas sastre, Lacoste apuesta por versiones más extremas combinadas sin ningún pudor en superposiciones con shorts y leggings, un poco a la manera también de cómo los lleva la actriz Jordan Alexander en el reboot de Gossip Girl.
Un estilo preppy que puede ser punk
Aunque Laura Kim y Fernando Garcia han mezclado en ocasiones anteriores referencias icónicas de estas escuelas elitistas, fue precisamente la nueva de la serie (además demás de una necesidad urgente por experimentar después de la pandemia) el punto de partida de Monse para idear su colección de otoño. De hecho, hace unos meses enviaron varias muestras al estilista de Gossip Girl, Eric Daman, y se mostraron contentos de que varios looks vayan a aparecer en la producción de HBO.
La suya es una versión más punk (y también más acorde al estilo de la generación Z) del estilo preppy. Las faldas tableadas se cortan todavía más, como solía hacer Kim con sus uniformes de instituto, y juegan también con el efecto de llevar un blazer anudado a la cintura. Se deconstruyen las prendas habituales, como el jersey de punto con escote en V o la sudadera de béisbol, para convertirse en vestidos de bajos irregulares y patrones que también apuestan por el oversize. El cuero es otro de los materiales antes impensables que encaja combinado con sudaderas de algodón y jerséis de punto XL con motivos heráldicos deshilachados.
El preppy también puede ser combativo
Junto con la de Monse, la visión de Philosophy di Lorenzo Serafini es el regreso a las aulas más actualizado. Su colección de otoño así lo demuestra: “Es un homenaje a los recuerdos que no han tenido”, confesaba el diseñador italiano para Vogue.com al respecto de esa generación de estudiantes que han vivido el limbo escolar que trajo consigo la pandemia. Hablaba de dinamismo a la hora de describir la propuesta, pero resulta imposible no mencionar la versión más combativa de la inspiración.
La marca conserva los códigos college como jerséis de pico, chaquetas con logo y las faldas y minifaldas tableadas estampadas, sí, pero les da un aire mucho más duro a base de de hombreras afiladas, chaquetas con detalles militares, botas de combate colosales y boinas que parecen más bien sacadas de los uniformes de los Panteras Negras. Una pátina bastante innovadora para el preppy con buenos resultados: el look clásico de toda la vida se da un lavado de cara para mostrar que también puede ser desafiante. Un gesto que, aunque sin pretenderlo, ya hicieron las alumnas de las Seven Sisters allá por los años 40.
Compras de temporada que son un cómpralo ahora o laméntalo siempre (edición septiembre 2021)
Por Marina Valera