Madrid acaba de arrancar la temporada de desfiles de la mano de Mans, al frente de Jaime Álvarez, quien ha presentado su nueva colección, La décadence, un trabajo con el que demuestra su pericia a la hora de ofrecer prendas de noche con posibilidades ilimitadas a través de un estilo que rompe con el concepto de género. Unas prendas que devuelven a la casa su esencia, desterrando ese relax estético y casual que impuso la pandemia, y también los fashion film para volver por la puerta grande al lujo y a la fiesta.
-¿Cómo ha sido volver a hacer un desfile presencial, tras todo lo vivido?
-Tenía muchas ganas de volver al desfile físico, la verdad. En este tiempo, desde el confinamiento, hemos cambiado mucho, la firma se ha asentado, nos hemos profesionalizado todavía más, tengo un equipo más maduro y se nota que hemos tenido una clara evolución.
-Para esta colección se ha inspirado en los años 20, en el Art Decó... ¿en qué más se ha basado?
-Sí, esta colección habla de la estética libre de los años 20 del siglo XX, del minimalismo brutalista de Tamara de Lempicka, de El gran Gatsby... Pero, sobre todo, hemos vuelto a los orígenes, a nuestros inicios, porque queríamos volver al lujo de la sastrería, a lo tradicional, pero con un aire un tanto oscuro, decadente, que es un guiño al cabaré.
-¿Qué le ha llevado a optar por este camino?
-Quería volver al buen hacer, a la sastrería elegante y fina. El sportwear está muy bien pero, tras dos colecciones dedicadas a él, hemos querido recuperar la sastrería y la elegancia que se habían perdido. Toda la colección es un homenaje al lujo, en el sentido más fiel de la palabra.
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— jk updates⁷ Wed Oct 14 15:34:34 +0000 2020
-Los patrones son más verticales, vuelven las sedas y 'georgettes', vuelve el 'Mans' de antes.
-Eso es. Las camisas y blusas han cambiado y se nota especialmente en el escote. Los cortes son más pegados al hombro y llevan el cuello alto, con volantes plisados, muy afrancesados. Los pantalones fusionan una silueta moderna y clásica, con un corte recto que cae desde la cintura con un gran pliegue en la parte delantera. He hecho mi propia versión del estampado de leopardo, yo le llamo 'leopardo 2.0'. Otro estampado es un motivo abstracto, muy arty, que en realidad es una versión del logo y el nombre de la casa. Los esmóquines son las piezas más especiales de la colección, en distintas versiones, casi siempre jugando con el contraste cromático entre cuerpo y solapa.
-También los abrigos son grandes protagonistas.
-Esta colección es muy invernal. Es la primera vez que trabajamos piezas de pelo, y he utilizado un fake visón (falso visón), es piel sintética. Tienen un punto femenino, que recuerda a los abrigos de mujer, para llevar sobre el cuerpo desnudo, sin nada debajo.
-He leído que David Delfín le animó a dedicarse a la sastrería masculina por el gran vacío que había en este campo.
-Sí, yo estudió sólo un año moda de mujer y luego me zambullí en la de hombre porque comprendí que había un vacío tremendo. Actualmente las grandes marcas, como Zara y H&M, contribuyen también a abrir las miradas de los hombres. Ya no se cuestiona que un hombre vista de una manera u otra.