Tras el traspaso de la administración de la fortuna de Juan Carlos I a Alberto Alcocer (efectuado en 1994 por Manuel Prado y Colón de Carvajal ante su imputación judicial por embolsarse 100 millones de dólares de KIO para repartirse con el monarca, como explicamos en el capítulo anterior de esta serie), Los Albertos se dedican a gestionar en Bolsa los haberes acumulados por el monarca mediante comisiones de intermediación de contratos internacionales. Asimismo, presentan al rey al bróker suizo Arturo Fasana, con el que trabajan desde hace años, y en febrero de 1995 este último crea en Credit Suisse la cuenta nodriza Soleado para canalizar la evasión fiscal masiva de los capitales de medio centenar de magnates españoles, aprovechándose de la impunidad de que goza en esa época el entorno más cercano del jefe del Estado.
Pero Los Albertos no sólo gestionan los fondos previamente obtenidos por Juan Carlos I, sino que también idean nuevas formas de incrementar su fortuna. Una de ellas se les ocurre en cuanto José María Aznar gana las elecciones de 1996 y comienza un nuevo proceso de privatización acelerada y salida a Bolsa de las grandes compañías del Estado. En el proceso de constitución de esas cotizadas se ceden a la Corona (mediante ampliaciones de capital que ellos administran y a través de sociedades en paraísos fiscales) paquetes de acciones en una discreta operación diseñada y ejecutada, entre otros expertos bursátiles y corredores de comercio de confianza españoles y off-shore, por el abogado Manuel Delgado Solís, uno de los imputados como "parte nuclear" de la trama de corrupción Gürtel que acabó librándose tras la inhabilitación del juez Garzón por grabar las conversaciones entre los cabecillas de la red y sus letrados.
El Gobierno de Aznar da el visto bueno a esa maniobra para aplacar la voracidad del rey por acrecentar su fortuna y para evitar nuevos escándalos económicos y judiciales que tapar, como el de KIO, en un momento de euforia tras el ingreso en la UE y la llegada del PP al poder. Por supuesto, todo se hace bajo el máximo secreto, pero Juan Carlos I se va mucho de la lengua y al final son bastantes los millonarios de su círculo íntimo que lo saben, como Francisco Javier Sitges (gran amigo del rey, que pidió a Mario Conde que lo colocara al frente de Asturiana de Zinc, AZSA), quien fue presidente del astillero de yates de lujo (Mefasa) que construyó el Fortuna del soberano o el Alejandra de Mario Conde.
Los detalles de aquella compleja operación bursátil para nutrir la fortuna del rey fueron también conocidos por un ilustre abogado de la máxima confianza de Los Albertos, secretario del Consejo del Banco Zaragozano del que eran propietarios, según explica a Público una de las fuentes consultadas que conoció personalmente a todos estos protagonistas.
Paquetes de acciones de ENCE, Telefónica, Abengoa y Endesa
"Argumentando que el Estado tenía que hacer al rey partícipe de esa etapa privatizadora, consiguieron que Rodrigo Rato accediera a hacerles apoderados de un buen paquete de acciones no sólo de ENCE [Energía y Celulosa, SA], donde ya habían entrado invirtiendo y sumaron a las suyas la gestión de las participaciones del rey, sino también de Telefónica, por su nuevo y entregado amigo [César] Alierta; de Abengoa, montada en el franquismo por los Benjumea, condes y marqueses; y de Endesa, con otro incondicional, [Manuel] Pizarro. Por eso, Juan Carlos pudo después meter a sus protegidos vía puerta giratoria en los consejos de esas compañías: en Telefónica, a [Iñaki] Urdangarin y al jefe de la Casa Real [Fernando] Almansa; en Abengoa al otro jefe de la Casa Real, [Alberto] Aza, y a [Josep] Borrell; en Repsol, donde habían puesto al frente a Alfonso Cortina, al director del CNI [Jorge] Dezcallar, antes de sus codiciadas embajadas en Washington y el Vaticano", pormenoriza a este diario la citada fuente. "Incluso muchos banqueros aportaron acciones de las grandes entidades financieras, para tener así influencia sobre la Corona".
"También por esa participación regia en ENCE, el propio Juan Carlos medió personalmente como árbitro externo entre Argentina y Uruguay para facilitar su operación en la zona forestal fronteriza del Río de la Plata, y eso no lo hizo gratis", continúa dicha fuente. "Como el rey y Los Albertos estaban asesorados por los suizos Fasana y [Dante] Canonica, también previeron las grandes caídas bursátiles por las crisis de 2004 y 2007 y liquidaron a tiempo sus acciones. Al fin y al cabo, en Soleado, a través de su cuenta en Lombard Odier, estaba también Álvarez Rendueles, exgobernador del Banco de España que fue colocado como presidente del Banco Zaragozano por Los Albertos".
Sin embargo, el que de verdad gestiona los fondos y capta clientes para Soleado es José Ramón Blanco Balín, exvicepresidente de Repsol YPF con Alfonso Cortina, así como socio y fiscalista de cabecera de Los Albertos en innumerables sociedades, quien será finalmente pillado por la Justicia, pero por la causa Gürtel: Blanco Balín es quien presenta a Fasana y su célebre cuenta nodriza al cabecilla de la trama, Francisco Correa, para quien diseña el mecanismo de blanqueo de Orange Market (rama valenciana de la trama) y a quien ofrece "crear una estructura" de evasión fiscal a través de Suiza.
Correa entra en ‘Soleado’ a través de Agag y Blanco Balín
Es el propio Correa quien, años después (en 2020), confiesa en el juicio de la Audiencia Nacional (sobre los contratos irregulares adjudicados a sus empresas durante la visita del papa a Valencia en 2006) que a Blanco Balín se lo presenta Alejandro Agag, el yerno del expresidente José María Aznar, y que Blanco le acompaña a Ginebra para introducirle en la sociedad Rhône Gestion de Fasana, "un despacho que lleva grandes fortunas españolas". Allí le abren una cuenta en Credit Suisse por la que circularán sus fondos, que ya oculta en cuentas en Suiza y Mónaco, y le explican que "es por donde están pasando las transacciones de las grandes fortunas del país, incluida la del rey de España", según declara ante el tribunal, antes de que se le conmine a no hablar más del jefe del Estado.
A Correa no se le permite repetir una de las anécdotas más reveladoras de cómo funcionaba el sistema de evasión fiscal y blanqueo, que ya había contado años antes a algunos de sus amigos financieros, extremo confirmado por Público con otra fuente, uno de sus interlocutores de la época:
En el verano de 2008, Fasana es llevado hasta el helipuerto de la Zarzuela en el helicóptero que se acaba de comprar Alberto Alcocer (un Eurocopter EC-155B1 para seis pasajeros, matrícula EC-KPU, en el que ya había viajado Juan Carlos I en abril para presenciar el Gran Premio de Fórmula I en Barcelona), y así evita ser registrado en el control de entradas del palacio del rey. A la salida, ya sin tener que pasar ningún registro, le espera el chófer del propio Correa en su Audi A-8 azul oscuro, que lo lleva hasta Madrid para más visitas de trabajo. Según las fuentes consultadas, esa no fue la única ocasión en la que Fasana llegó a la Zarzuela en el helicóptero de Los Albertos.
Amigo de Aznar, con el que cursó la carrera y estudió las oposiciones, Blanco Balín acabó administrando seis de las compañías de Correa, incluidas Orange Market, Hator Consulting, Osiris Patrimonial e Inversiones Kintimani, pero en su testimonio ante la comisión de investigación parlamentaria sobre la financiación irregular del PP negó toda relación con la cuenta Soleado:
"La cuenta Soleado ha sido totalmente revisada por las autoridades españolas, todos sus movimientos, y en ningún momento aparece ninguna comisión recibida por mi parte", declaró Blanco Balín en el Congreso.
Blanco Balín aparece 80 veces en el informe de la UDEF sobre ‘Soleado’
Sin embargo, Público ha podido acceder al informe completo sobre Soleado que el Grupo de Blanqueo de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) remitió al Juzgado Central de Instrucción Número 5 de la Audiencia Nacional, el 17 de julio de 2013, y en él se reconoce que la mayor parte de los beneficiarios de esa cuenta nodriza permanecen ocultos para la Justicia española, como se observa en la siguiente reproducción del inicio de sus conclusiones:
4.9 Conclusiones de la cuenta SOLEADO:En primer lugar cabe destacar que la información aportada por las Autoridades Helvéticas a la causa es parcial, puesto que de los extractos en los que refleja el conjunto de movimientos existentes en las diferentes subcuentas que conforman la cuenta SOLEADO se encuentran tachados y ocultos bajo la palabra "OMISSIS", lo que impide reconstruir la dinámica seguida por la posición bancaria a excepción de los movimientos que el encargado de tachar los datos vincula a Francisco CORREA SANCHEZ o Ramón BLANCO BALIN en las cuentas de asociadas a GOLDEN CHAIN PROPERTIES, o al número 754152 y DARWIN INTERNATIONAL.
Además, a lo largo de las 135 páginas del informe de la UDEF, que se recoge en la documentación enviada por la Justicia helvética, Público ha podido comprobar que el nombre de Blanco Balín aparece no menos de ochenta veces, tanto asociado a su cuenta personal en Soleado como en relación con la firma Darwin International Consultants, Inc., tal como se aprecia en el siguiente ejemplo:
Dicho informe deja bien claro que Soleado y sus ocho subcuentas en diferentes divisas se utilizan como vehículo de transmisión de los fondos que llegan procedentes de España, para ser enviados desde Credit Suisse a otras cuentas en Suiza u otros paraísos fiscales. Los clientes de Soleado (medio centenar de grandes fortunas españolas) emplean ese nudo de comunicaciones bancarias como trampolín de paso o intercambiador del trayecto de evasión fiscal y blanqueo de grandes cantidades de dinero, unos 15.000 millones de euros)defraudadas a la Hacienda pública:
"La subcuenta SOLEADO cuya moneda principal es el Euro, 0251-776929-62-008, es utilizada como una cuenta puente entre dos sociedades, es decir, en todos los casos el dinero llega de una sociedad a la referida cuenta, saliendo inmediatamente hacia otra cuenta. Así, y de forma cronológica, el beneficiario de las transferencias se modifica como a continuación se expone".
52 millones de comisión por una compra bancaria ruinosa para Barclays
En cuanto al dinero atesorado por Juan Carlos I, aparte de lo que obtiene en comisiones por la venta de armas a países árabes en la primera etapa con Manuel Prado (1978-1990), y de lo que consigue directamente de las monarquías saudí y kuwaití o del sultán de Bahrein (1,7 millones de dólares que lleva personalmente a Ginebra en una maleta), su labor de intermediario regio le permite embolsarse en 2003 una de las cantidades netas más importantes de su larga carrera como comisionista: 52 millones de euros por conseguir llevar a buen puerto la ruinosa compra del Banco Zaragozano, propiedad de Los Albertos, por parte del británico Barclays Bank. Ahí arranca una nueva época de blanqueo de esos fondos a través de mal llamadas fundaciones y sociedades opacas, siempre creadas y gestionadas por Fasana y su socio principal, el abogado Dante Canonica.
De hecho, será al desvelarse aquella operación (en una exclusiva publicada por The Sunday Telegraph el 15 de febrero de 2020 que quedará enseguida eclipsada por el estallido de la pandemia de covid) cuando se empieza a tirar de la manta de las fundaciones-pantalla que Fasana crea para el rey, y Felipe VI se verá obligado a admitir que conocía la existencia de una en Panamá (Lucum, de la que él era segundo beneficiario) y anunciará la ruptura de relaciones con su padre, enmascarándola en una imposible renuncia a la herencia de alguien que sigue con vida. En realidad, el desheredado es el padre, que deja de percibir la asignación como rey y es expulsado de la Familia Real.
Pero cuando Felipe VI toma esas medidas hace ya un año que sabe que es beneficiario de los fondos de Lucum, "mediante carta de fecha 5 de marzo de 2019, dirigida a la Casa de S.M. el Rey por el despacho de Abogados Kobre&Kim (U.K.)" tal como admite la Casa Real en un comunicado. La nota oficial también anuncia que Felipe VI compareció ante notario el 12 de abril de 2019 para que levantase acta de que había enviado una carta a su padre "a fin de que si fuera cierta su designación o la de la Princesa de Asturias como beneficiarios de la citada Fundación Lucum", la dejaría sin efecto, "manifestando igualmente que no aceptaría participación o beneficio alguno en esa entidad".
En cualquier caso, Felipe VI dejó pasar todo un año sin tomar medidas, ni comunicar a la Justicia su conocimiento de esa actividad financiera irregular de su padre, cuando ya no es "inviolable", sino únicamente aforado, como consecuencia de su abdicación en 2014.
Público ha obtenido un relato exhaustivo de cómo y por qué se produjo aquel pelotazo de 2003, consultando a fuentes que conocieron de primera mano las maniobras de ese desastre bancario por el que Barclays accedió comprar el Banco Zaragozano por 1.140 millones de euros, el triple de su valor en libros, y terminó retirándose de España en 2014 tras perder alrededor de 4.000 millones tratando de mantenerse en el mercado español durante la gran crisis financiera.
En 2003, Los Albertos llevan tiempo adquiriendo acciones del Zaragozano y han acumulado más del 40% de la entidad. "Desde los años 80, Barclays tiene como delegado en España a Carlos Martínez de Campos [en 2017 será nombrado presidente de Andbank España], quien busca la forma de que la entidad británica entre en el mercado bancario español. Ve que el Zaragozano es el último banco mediano que queda disponible y Los Albertos le convencen de que esa adquisición es la gran oportunidad de su carrera", explica un analista financiero que vivió de cerca la operación.
Contratos blindados en el Zaragozano antes de la venta
"Pero Alcocer y Cortina piden un precio desmesurado por sus acciones y los asesores de Barclays, chapados a la antigua, revisan con lupa la situación interna del Zaragozano hasta que descubren que Los Albertos y otros consejeros del banco se han autoconcedido contratos blindados a largo plazo por valor de varias decenas de millones y con fecha predatada a la compra. Entre esos afortunados estaba también Blanco Balín", continúa su relato la fuente citada. "Así que los británicos se echan atrás y Los Albertos piden ayuda no sólo a Jaime Caruana, gobernador del Banco de España, sino también al rey".
Según esta versión, es Juan Carlos I quien logra lo que parece imposible: gracias a sus relaciones con la Casa de Windsor y a la influencia de la realeza británica sobre uno de los bancos más antiguos del mundo (el Coutts and Co., fundado en 1692, a través del cual se ejecuta la operación), Barclays acepta no sólo el exagerado precio pedido por el Zaragozano (1.140 millones de euros), sino incluso subirlo un poco. Doce años después Barclays tuvo que venderle el banco a La Caixa por 820 millones, 320 menos de lo que había pagado entonces. Esta sería una de las peores operaciones de la historia de la entidad británica, pero acabó reportando abultados ingresos para sus protagonistas españoles:
El folleto informativo de la Oferta Pública de Adquisición (OPA) publicado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el 11 de junio de 2003, fecha en que se hizo efectiva la venta, relata que Alberto Cortina percibió 230,44 millones de euros por el 20,16% del Zaragozano que poseía tanto directa como indirectamente, mientras que Alcocer cobró 226,34 millones por su 19,8%. Al final, la amistad que este último labró con el rey invitándole a cazar a la gran finca El Avellanar (Toledo) le rinde buenos frutos. También le resulta muy conveniente haberle presentado a Fasana, como coinciden en señalar diversas fuentes, algunas de ellas publicadas, como La Tribune de Génève o el último libro de Ernesto Ekaizer, El Rey al desnudo: Historia de un fraude (pág. 81).
El verdadero origen de la Fundación Zagatka
La intercesión del rey que permite semejantes ganancias a Los Albertos merece una comisión del 10%, o incluso superior. Medio centenar de millones de euros que Juan Carlos I, escarmentado por las tribulaciones judiciales que padeció su anterior administrador, Manuel Prado, necesita derivar a algún lugar seguro. Y Fasana tiene la solución: crear una fundación (que denominará Zagatka) en el paraíso fiscal de Liechtenstein, entre Suiza y Austria, donde colocar esa cantidad tan elevada. Este tipo de fundaciones son en realidad sociedades off-shore, del estilo de un fideicomiso, que nada tienen que ver con lo que se entiende por fundación en España, dado que no tienen ninguna funcionalidad de interés público, sino más bien lo contrario.
Para ello se busca un hombre de paja, el primo lejano del rey Álvaro d'Orleans-Borbón, a quien "no veía más que una o dos veces al año y con quien no tenía ningún tipo de amistad", asegura una persona que frecuentaba la Zarzuela en aquellos tiempos. "Ahora aduce [Álvaro d'Orleans] que su padre le encargó montarla con su herencia para ayudar a las monarquías, especialmente a la española, pero la verdad es que heredó una fortuna exigua y sólo tenía dos empresas agroalimentarias, unos terrenos y algunas propiedades inmobiliarias en Andalucía".
Sin embargo, a Álvaro d’Orleans se le atribuirá, tras desatarse el escándalo, la propiedad de una veintena de sociedades-pantalla en Panamá, algo que no cuadra con sus modestas actividades comerciales. En cambio, la gran filtración internacional conocida como Panama Papers (resultado del trabajo de más de 190 reporteros de 65 países colaborando en el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, ICIJ) revelará, en abril de 2016, que Fasana está vinculado con 107 sociedades instrumentales registradas en Panamá.
Una de ellas, Northcroft Trading, comparte acciones con la mercantil Percacer SA, con domicilio en el Paseo de la Castellana de Madrid, de la que es administrador único desde el año 2000 Alberto Cortina Alcocer y en la que Blanco Balín fue primero administrador y luego apoderado. Además, en el listado de accionistas de Percacer SA figura el propio Banco Zaragozano. Por otra parte, Northcroft Trading se disuelve en 2019 (cuando el escándalo de las comisiones de Juan Carlos I está ya en todos los medios tras difundirse la grabación de su amante Corinna Larsen con el comisario Villarejo) y en ese momento figura como presidente Yannick Fasana, hijo Arturo Fasana, que se incorporó en 2007 a la plantilla de Rhône Gestion.
Una ‘fundación’ para albergar la comisión con Felipe VI como beneficiario
Por tanto, la Fundación Zagatka nace, el 1 de octubre de 2003 en Liechtenstein, no para ayudar a las monarquías europeas, sino con la única función de albergar la comisión del rey de España por mediar ante la Casa de Windsor y a través del banco Coutts and Co. para conseguir que Barclays aceptase las condiciones draconianas que le imponían Los Albertos para vender sus acciones del Zaragozano. Es por ello que el reglamento de la fundación nombra como beneficiarios a los tres hijos de Juan Carlos I. Después, a lo largo de once años, Zagatka sufragará varios millones de euros en vuelos de aviones privados del rey y de Corinna Larsen.
Zagatka, cuya cuenta bancaria está en Credit Suisse y es administrada por Rhône Gestion, quedará oculta hasta la exclusiva del The Sunday Telegraph, en febrero de 2020, cuando salen a la luz los documentos que demuestran que el origen de los "valores patrimoniales" de la fundación de Álvaro d'Orleans-Borbón no estaba en legado alguno, sino en la "comisión percibida en el contexto de la conexión de las partes interesadas en la venta del Banco Zaragozano a Barclays Bank en Londres". Así lo reconoce el propio D'Orleans-Borbón en el perfil que tiene creado en Credit Suisse (denominado "perfil EAM" para "los clientes gestionados por un gestor de activos externo", gestor que en este caso es Rhône Gestion, la sociedad de Fasana y Canonica).
Por ese motivo, la cantidad recibida fue de 39 millones de libras esterlinas; al cambio del día de la compra del Zaragozano por Barclays, 52,2 millones de euros o el 11,4% de los 457 millones de euros que sumaron Los Albertos por la venta de sus acciones. Sin embargo, dicha comisión no fue registrada ante la CNMV, como debería haberse hecho con la absorción por Barclays de una compañía cotizada en Bolsa como el Zaragozano.
Y el escándalo de esa exclusiva sube de nivel cuando The Telegraph revela, el 14 de marzo de 2020, que el propio Felipe VI es el último beneficiario de otra fundación constituida por Fasana, esta vez en Panamá pero con cuenta en el banco Mirabaud en Ginebra: la Fundación Lucum, creada como tapadera de un "regalo" de 100 millones de dólares supuestamente enviados por el rey de Arabia Saudí a Juan Carlos I en 2008. La crisis de la covid nublará durante aquel año la atención de la opinión pública sobre esa otra maniobra de defraudación fiscal masiva y de blanqueo de ingresos irregulares del monarca, que detallaremos en el próximo capítulo de esta investigación.
*Para la realización de esta serie de investigación se han consultado decenas de fuentes, numerosos materiales y se ha obtenido el testimonio confidencial de algunos de los más estrechos amigos y colaboradores de Juan Carlos I. También se ha contactado con la Casa Real, que ha declinado hacer cualquier tipo de comentario.