Vox lo pasaría mal sin las mujeres. Si España perdiera mañana a la mitad de su población, la ultraderecha no podría hacer política porque el partido de Santiago Abascal usa el feminismo para arañar votos gracias a los reparos y miedos que despierta en muchos hombres —y también en algunas mujeres—, el avance de la igualdad.
La imagen que dejó el pasado jueves el secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, es el último ejemplo de cómo la extrema derecha juega con el feminismo. El portavoz ultra en el Ayuntamiento de Madrid rehusó situarse tras la pancarta en contra de la violencia de género durante el minuto de silencio de los portavoces municipales por el último asesinato machista, el de Mari Carmen M. V., de 46 años, perpetrado por su expareja en Torrejón de Ardoz (Madrid).
WHAT. 🤯🤯 https://t.co/CXECrnBFpf
— Imani Gandy Sun Feb 02 23:46:10 +0000 2020
Vox, empeñado en negar la violencia machista y catalogarla solo como violencia para no “criminalizar” a los hombres, nada a contracorriente. El propio Ortega Smith ya protagonizó hace un par de años un tenso rifirrafe con el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, por lucir una pancarta con el mensaje ‘La violencia no tiene género’ en otro minuto de silencio por otra asesinada.
Publicidad