Nos encontramos en Murcia, en un piso de 130 metros² para una pareja con una hija que se ha reformado para mejorar la distribución y volver a abrir la terraza, que cerraron los anteriores propietarios. La vivienda, construida en los 80’, tenía una distribución de espacios demasiado jerarquizada, pasillos largos en ‘L’ y recorridos intrincados donde además la luz natural no llegaba a la mayoría de los espacios. La arquitecta Laura Ortín (lauraortin.com) se encarga de transformar la vivienda aplicando líneas curvas a paredes y mobiliario. Como ella misma cuenta, “las formas orgánicas bien pensadas y trabajadas permiten acercarnos más a lo natural, movimientos orgánicos y espontáneos que a la vez crean sensaciones emocionalmente más vibrantes y especiales”.
Comenzamos el recorrido por este singular hogar en la cocina, situada junto a la entrada. Los clientes deseaban que esta se encontrara abierta al salón pero con una cierta independencia espacial.
Leer más: Ventajas y desventajas de una distribución con espacios abiertos