La historia se fraguó cuatro generaciones atrás, en la panadería que el padre de Garfield Weston (Toronto, 1898-1974) abrió en Canadá. Tras combatir en Europa durante la II Guerra Mundial, Garfield convenció a su padre para que produjera las galletas inglesas que allí había probado. ¡Todo un éxito! El negocio se expandió por Estados Unidos y, más tarde, (¡cosas de la vida!) desembarcó en Reino Unido, donde Garfield optó por instalarse en 1932. Tres años después fundó Associated British Foods. La Fundación Garfield Weston (1958) la controla en su mayor parte.
No obstante, el padre de Primark fue Arthur Ryan, un irlandés contratado por ABF para potenciar sus negocios en esa isla a finales de los sesenta. Se acababa de inventar el prêt à porter, y la idea de Ryan fue sublimar este modo de entender la moda, con una cadena que siguiera las últimas tendencias (en constante actualización) y que vendiera a precios bajos ; un concepto visionario para la época.
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— Dave@ChineseHacks Wed Jul 01 03:00:51 +0000 2015
En 1969 Primark abrió su primera tienda en Dublín bajo el nombre de Penneys. El resto es historia. Cuando Paul Marchant sucedió a Ryan como CEO de Primark en 2009, se centró en la expansión internacional y la apertura de tiendas atractivas. Como resultado, las grandes bazas de Primark hoy en día son la ropa a la última, tiendas llamativas y, ante todo, precios de infarto. Para John Bason, director financiero de Primark, el “efecto Ryanair” y el “efecto Instagram” constituyen el motor de su éxito. Los vuelos continentales a bajo coste fomentan el transporte de personas que son, a fin de cuentas, clientes potenciales de Primark. En su flagship store de Londres, por ejemplo, alrededor de la mitad de los clientes son turistas.